En este manifiesto se renueva la invitación general a suscribir
este Pacto por el Libro que ilumina. Recomendamos que este escrito sea
fijado en lugares visibles de bibliotecas, librerías y otros sitios en donde se
defienda la cultura bibliográfica. El texto ha sido redactado por Juan José
García Posada, Darío Ruiz Gómez y José Guillermo Ánjel Rendó, con la aportación
del Café Literario y el Consejo de Lectores del Suplemento Literario de El Colombiano, en septiembre de 2002:
Quienes firmamos
este manifiesto que nos reúne en Un pacto
por el Libro que ilumina, tenemos presente que en medio de la situación de
conflicto en que se debate nuestra sociedad, cuando la barbarie creciente
amenaza con destruir los elementos que poseemos de civilización y cultura y con
borrar la palabra escrita, se nos impone volver de nuevo al espíritu del libro.
Tal parece que en una realidad tan compleja como la nuestra se agotan las
posibilidades de salida. Pero la reflexión crítica y la actitud creativa que
genera un buen libro posibilitan el hallazgo de nuevas vías, de claves de
interpretación y de luces al final del túnel. La buena literatura ilumina y
puede generar efectos renovadores y transformadores prodigiosos.
El libro, como
instrumento confiable para la percepción y la comprensión de la realidad,
permite la búsqueda de una razón ordenadora. Representa la memoria cultural
escrita, que permite el análisis de los hechos del pasado, fundamento cierto
para la comprensión del presente y de las tendencias que anuncian el porvenir.
La cultura bibliográfica ayuda a penetrar en el sentido profundo y verdadero de
los fenómenos del aquí y ahora y del allá y entonces, con una amplia
perspectiva humana, histórica y universal.
En tiempos como
los actuales, ante la confusión creada por las corrientes borrascosas de la
globalización, de la revolución informática y de la tiranía de la actualidad,
el ser humano circunstanciado y muy en particular el hombre colombiano
necesitan el espacio de reflexión que abre el libro para alcanzar a poner orden
en el mundo de las ideas y conseguir una lectura atinada de su propio entorno y
del acontecer mundial. El cosmpolitismo del viajero real o del navegante ciberespacial necesitan el
sentido de trascendencia y universalidad que infunde el libro.
La crisis de
nuestro tiempo es en alto grado una crisis del sentido de lo humano. El libro
proporciona argumentos y testimonios suficientes para comprender que en la
sociedad actual todavía existe el individuo, a pesar de todo, pero el individuo
en función de los otros. Los demás también son seres humanos. Por medio de la
cultura del libro es posible humanizar el vivir personal y social y reivindicar
la individualidad y la alteridad.
Por
consiguiente, al firmar este Pacto por el
Libro que ilumina extendemos una amplia invitación a manifestar en todos
los ámbitos de nuestra sociedad un respaldo consciente, consecuente y efectivo
a la tarea fundamental de las bibliotecas públicas e institucionales como
centros de irradiación de la cultura bibliográfica, a los libreros como
orientadores de los lectores, a los maestros como responsables de la enseñanza
a leer, a la inculcación desde el hogar de la lectura como dedicación
entrañable, a los medios periodísticos, los editores y las empresas editoriales
en la comprensión y la crítica honorable sobre el mundo de los libros, y al
establecimiento de canales de distribución que impidan el almacenamiento
estéril de libros útiles en bodegas y archivos.
Quienes firmamos
este manifiesto asumimos el compromiso de hacer lo que esté a nuestro alcance,
de acuerdo con las diferentes actividades y funciones, por asegurar la
permanencia del libro como centro de atención de la sociedad y componente
esencial de la calidad de vida y reconocer su condición de factor de cambio de
las actitudes y los comportamientos culturales.
Tenemos el
convencimiento de que el estado de cosas de nuestra sociedad actual resulta en
buena parte del desdén crónico, sistemático, porfiado, contumaz por los libros.
Y a propósito recordamos esta sentencia, escrita en la pared de una antigua
biblioteca:
“Los libros son amigos leales y silenciosos
que, no obstante, si los desdeñamos, algún día se
vengarán de nuestro desprecio”.
(Feria del Libro
de Medellín, septiembre de 2002. Relanzamiento el 18 de abril de 2018, en sesión del Coloquio de los Libros, con motivo de las
jornadas del Español y el Festival del Libro y la Palabra de la Universidad
Pontificia Bolivariana).
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